Para el pueblo negro en la diáspora, el aquí, el ahora, son marcas que no tienen sentido sin una mirada de la historia para entender lo que nos trae, lo que nos hace, lo que nos sostiene en nuestro camino. Senderos recorridos en un intento constante de forjar caminos hacia la libertad.  

Aunque la realidad nos llama constantemente a una postura del cuerpo en actitud de lucha, yo intento construir una postura de cuerpo-afecto, acogiéndome a mí mismo para acoger al otro, invitándolo a una cura colectiva. En este camino comprendo que para sanar también es necesario reconstruir la mirada; mirar con reconocimiento a las luchas de nuestros ancestros; entender las formas de borrado y exterminio de los nuestros, que ocurren diariamente, así como la deslegitimación histórica de nuestras subjetividades. Es en el reconocimiento de este pasado marcado en nuestros cuerpos donde encontramos el valor para mirar los tachones, las fisuras, recoger fragmentos, conectar cabos sueltos, difuminar imágenes. Lo visualizo como armar un rompecabezas. 

 Al proponerme dedicarme a la realización audiovisual como hombre negro, gay y periférico, me pregunto: ¿de qué piezas dispongo y qué imágenes puedo formar?

En el acto de reordenar las piezas dispersas me doy cuenta de que mi relación con la imagen está marcada por el lugar de la ausencia. Es a partir de esta constatación que veo la ausencia como eje motivador de mi deseo de creación audiovisual.

En esta creación entiendo el sentido de la responsabilidad colectiva, el dominio de las técnicas audiovisuales, la apropiación de los lenguajes y la ocupación del espacio para poder pensar y construir imágenes como demolición y rehacer las estructuras sociopolíticas.  

Es a partir de estos cruces en el acto de crear que presto atención a la convergencia de tiempos, los muchos ahora y ayer, que habitan el arte y mi cuerpo negro -mostrando que los siglos de explotación y esclavización del pueblo negro construyen y siguen resignificando clasificaciones, prácticas y formas de definición en la norma de validación blanca-.  

Este aspecto de la validación permea el acceso a los medios de producción y los espacios de legitimación de las obras audiovisuales. El acceso a las videocámaras, el derecho de registro, las imágenes de la vida cotidiana y el propio desarrollo del lenguaje audiovisual deben situarse en un debate profundo sobre el poder, el control y la dominación.

El poder de la mirada

bell hooks en su artículo “The Oppositional Gaze: Black Women Spectators”, afirma que hay poder en poder mirar. Al reflexionar sobre su relación con la mirada a partir de las estrategias de control de su mirada durante la niñez, en su realidad familiar, establece un paralelismo con las estrategias de dominación del pueblo negro en la época colonial. La autora hace hincapié en que las estrategias de dominación se reinventan. Sin embargo, al pensar en su propia relación con el control, afirma que el dominado no es un sujeto pasivo en esta construcción. De este modo, propone una reubicación en la historia, tanto de los pueblos negros esclavizados como de los espectadores negros en la contemporaneidad; sostiene que existe una acción activa de negociación reconociendo que el control de la mirada nunca ha sido absoluto; en el que «todos los intentos de reprimir nuestro derecho -de las personas negras- a mirar, han producido en nosotros un deseo arrollador de ver, un anhelo rebelde, una mirada de oposición» (hooks, 2017, p. 216)

La mirada y las formas de ver, defendidas por bell hooks, parten de la comprensión de una acción, en la que el poder del otro no silenciaba completamente una presencia histórica activa del sujeto negro. La mirada, en este sentido, es un lugar de resistencia para el colonizado y, por lo tanto, también cuestiona la mirada de ese otro blanco. En esta negociación, al percibir las representaciones hechas sobre nosotros era necesario tener una postura crítica. Este aspecto planteado por la autora adquiere aún más relevancia cuando se centra en la espectatoriedad de las mujeres negras y sus representaciones aún más violentas.

Las reflexiones de bell hooks, al hablar de la mirada opositora con mayor construcción política, nos muestran que el no acceso a las formas y medios de construcción y reproducción de la imagen -por tanto, de las construcciones narrativas- son, como bien sabemos, una forma de dominación de nuestros cuerpos, de nuestra mirada. Es una estrategia de delimitación de la no pertenencia, que pretende impedir que podamos hablar, comprender y construir nuestras materialidades. No hablar es no reconocer, pero, aun así, los escritos en defensa de una acción siempre política del negro en la sociedad nos muestran, en la obra de bell hooks, que esta dominación no nos desterritorializa de nosotros mismos y no nos convierte en sujetos pasivos de la historia. Si bien es cierto, como señala una de sus entrevistadas, que como espectadores «fuimos muy maltratadas por la mirada» (hooks, 2017, p. 231), estas representaciones, criticadas en el proceso de afirmación del yo y de nuestra negritud, nos ayudan a entender quiénes somos y nos dan una base para negar estas representaciones del pasado en el presente y así fabular un futuro.

La escrivivencia como paradigma del yo colectivo

Al buscar bases para narrar, en particular para contar historias sobre mi familia, he buscado un pasado que no he visto, que no está en los vídeos caseros, en las imágenes de la vida cotidiana familiar. Pensé que contar esta historia no sería posible, no había material que me permitiera crear sobre las prerrogativas del cine íntimo, muy marcado por una resignificación de los archivos familiares. Por otro lado: aquí estoy yo, mi cuerpo-memoria, en interlocución con otros cuerpos, que afirman mi existencia como documento vivo para el crear. 

En este sentido, encuentro en la escrivivencia de Conceição Evaristo, la metodología de escritura para la construcción y afirmación de mi ser en el campo fílmico. Conceição, en una entrevista de mayo de 2017, afirma que la escrivivencia no fue pensada como concepto, sino como objetivo de, en su escritura, desdibujar la imagen en la literatura brasileña, de la madre negra que cuenta historias para hacer dormir a la Casa Grande. Evaristo afirma que «nuestra escrivivencia cuenta nuestras historias desde nuestras perspectivas, es una escritura que se produce ceñida a nuestra experiencia, ya sea privada o colectiva, para despertar a los de la Casa Grande» (LIMA, 2017).

Conceição Evaristo defiende que la escrivivencia es una escritura-acción. Por lo tanto, existe, sí, una creación contaminada de subjetividad, que no debe ni puede negarse. La autora evidencia en sus textos una tríada: la afirmación de la existencia de un cuerpo, su condición de mujer negra y su experiencia como mujer negra en Brasil.

Saliendo de un campo de lo íntimo, pero compartiendo memorias construidas junto a sus mujeres mayores, Conceição Evaristo nos muestra en sus obras que su escritura parte siempre de un colectivo. Hay en la experiencia de este colectivo, enunciada en sus obras, los traumas de la esclavitud y los traspasos del racismo, que compartimos como cuerpos negros en la diáspora. Así, el yo artista colectivo es otra condición de su obra y, al mismo tiempo, materia de creación.

Uno de los aprendizajes fundamentales de la obra de Conceição Evaristo está en su acto de escrivivir, en el que no hay negación de sus recuerdos, ni disminución de sus experiencias en comparación con las formas de vivir y escribir de los blancos. Conceição mira su pasado y lo escribe en un lugar de celebración y dignidad de las mujeres mayores con las que descubrió la vida. La memoria se escribe como un aprendizaje, como alguien que ve lo que le fue dado en la escritura con palitos en la tierra, en la factura de la compra en la tienda, en el recuento de la ropa de las mujeres blancas. Todo es aprendizaje, construcción de su mirada y comprensión de su condición -compartida con su madre, tías y vecinas, y con una historia del país que estaba allí, en su entorno doméstico, que no leyó, ni vio en imágenes, pero que vivió, escuchó, presenció en el movimiento de las manos que lavaban la ropa y le enseñaron a copiar las letras-. 

En la experiencia de la supervivencia, Conceição afirma que hablar y escuchar era tal vez la única defensa que poseían las mujeres a su alrededor, que su cuerpo recibía por entero, palabras y murmullos en el pequeño ambiente doméstico compartido, y que fue en estas experiencias que:

… descubrí la función, la urgencia, el dolor, la necesidad y la esperanza de escribir. ¿Es necesario comprometer la vida con la escritura o es al revés? ¿Comprometer la escritura con la vida?

[…] Quizás estas mujeres (como yo) se han dado cuenta de que si el acto de leer ofrece una comprensión del mundo, la escritura va más allá de los límites de una percepción de la vida. La escritura presupone un dinamismo propio del sujeto que escribe, proporcionándole una autoinscripción en el mundo (EVARISTO, 2005, 02:06). 

 La escrivivencia, aquí, se entiende como un recurso de emancipación, al situar su experiencia vital, en su escritura, tan legítima como la de aquellos a los que la blancura ha enmarcado como campos de poder. 

La mirada opositora y la escritura del sí mismo de bell hooks y Conceição Evaristo me convocan a una afirmación de mi ser artista, donde quien soy, en que me he tornado, con quien dialogo, creo conexiones, reconecto y también rompo estructuras. La escrivivencia se muestra como una herramienta de acción política y la narración fílmica como una posibilidad de reparación histórica a través de la posibilidad de apropiarme de las herramientas de la imagen que crean representaciones, que afirman voces. Aquel que colecta, narra, conecta, crea y comparte significados en una comunidad. 

La escrivivencia de Conceição Evaristo es para mí una invitación de una escritora, una artista negra que a través de sus textos me dice: sí, coge la cámara, cuenta tu historia, tu mirar es importante. También es un llamado: recuerden la responsabilidad que tenemos, al apropiarnos de estos lenguajes hablamos por muchos.

La afirmación de sí mismo como base creativa para escribirse en imágenes

Estas mujeres-voces, pensadoras negras, abren caminos a la comprensión del yo artista negro, que crea afirmando su subjetividad. La llamada a la acción radica en la comprensión de que las cosas sólo existen a través de estos múltiples lenguajes y de la toma que hago de ellos en el presente. Todo lo que comunico y produzco es una interpretación del mundo; todo lo que se filma, se fotografía o se escribe simboliza no sólo la presunta existencia de las cosas, sino también mi inminente presencia. 

Zélia Amador de Deus, investigadora, artista y referencia en estudios negros en la Amazonia, en su tesis doctoral dice que en la esfera individual de lucha y resistencia, el cuerpo y la cultura negra nunca fueron interrumpidos. Según Amador (2008), este mismo cuerpo que está expuesto a la violencia del colonialismo es el cuerpo que afirma su identidad, es el cuerpo que «se convierte en un texto en el discurso que enuncia y anuncia». Para Zélia, hay que entender que este cuerpo afecta y es afectado, es individual y social, tensiona y reacciona a lo colectivo, construye, reafirmando estructuras o demoliéndolas, es un cuerpo performático, por lo tanto, también es un documento.

Es importante destacar, de las reflexiones de Zélia Amador, su ponderación en torno al binomio, la autoafirmación y la autonegación, fruto de las relaciones de otredad, las negociaciones y las tensiones del sujeto blanco y el sujeto negro:

El cuerpo que se autoafirma es el que ataca al cuerpo normativo dominante en todos los aspectos, desde el ámbito estético hasta el político. Es un organismo capaz de subvertir el cuerpo estándar dominante. A su vez, el cuerpo que se niega a sí mismo es el cuerpo que busca expresarse a través de una gramática corporal subsumida que intenta acercarse al cuerpo normativo dominante (AMADOR, 2008, p. 127).

La subversión de los espacios de poder radica en la afirmación del yo artista y de un yo colectivo que decide enfrentarse a los silencios también colectivos que se nos han impuesto. Este cuerpo que vive y se escribe a sí mismo en el campo de la reconstrucción, la resistencia y las negociaciones se inscribe en una dinámica de confrontación con los olvidos, las referencias blancas y contra el silenciamiento de nuestras voces. Tal vez, porque hoy soy más consciente de las historias contadas en el lavaplatos de mi abuela, porque tengo viva en mí la imagen de mi bisabuela Inocência escapándose de la hacienda para bailar, creo que, aunque inconsciente e inconstantemente, siempre he caminado sabiendo que no estaba solo. Las fugas, luchas y aquilombamientos [según el Diccionario Priberam: “Reunir ou reunir-se em quilombo (escravos fugitivos)] anteriores al mío, me trajeron aquí. Así, cada movimiento de creación que propongo me trae esta polifonía ancestral, me llama a la experiencia de este tiempo en espiral, de mirar hacia atrás, con los pies en el presente, fabulando caminos futuros y celebrando, en este intenso ahora, el poder de fabularlos.

REFERÊNCIAS

DEUS, Zélia Amador de. Os herdeiros de Ananse: movimento negro, ações afirmativas, cotas para negro na universidade. 2008. Tese (Doutorado em Ciências Sociais) –Programa de Pós-Graduação em Ciências Sociais, Universidade Federal do Pará, Belém, 2008. Disponível em: http://repositorio.ufpa.br/jspui/bitstream/2011/3060/1/Tese_HerdeirosAnanseMovimento.pdf. Acesso em: 20 jul. 2020.   

EVARISTO, Conceição. Poemas da recordação e outros movimentos. Rio de Janeiro: Malê, 2017.

__________. Literatura negra: uma poética de nossa afro-brasilidade. Scripta, v. 13, n. 25, p. 17-31, 17 dez. 2009.  Disponível em: http://periodicos.pucminas.br/index.php/scripta/article/view/4365. Acesso em: 15 mai. 2021.

__________. Da grafia-desenho de minha mãe um dos lugares de nascimento de minha escrita. Nossa EscreVivência [blog]. Rio de Janeiro, ago. 2005. Disponível em: http://nossaescrevivencia.blogspot.com/2012/08/da-grafia-desenho-de-minha-mae-um-dos.html. Acesso em: 15 fev. 2019.

__________. “Minha escrita é contaminada pela condição de mulher negra”. [Entrevista cedida a] Juliano Domingos de Lima. Nexo Jornal, 26 mai. 2017. Disponível em: https://www.nexojornal.com.br/entrevista/Conceição-Evaristo-‘minha-escrita-é-contaminada-pela-condição-de-mulher-negra’.  Acesso em: 10 de maio de 2021.

HOOKS, bell. Olhares Negros: raça e representação. São Paulo: Elefante, 2019.