“La película de mañana me parece aún más personal que una novela, 
individual y autobiográfica, como una confesión o un diario.  
La película de mañana será un acto de amor…” 
Francois Truffaut, 1957.

¿Recuerdas, Ricardo, que gracias a tu invitación a la 10a edición de la MIDBO –de la cual fuiste uno de sus fundadores y eras entonces su director- venimos a presentar en el 2008, en la pequeña sala de la vieja Cinemateca, unas películas que yo había coproducido durante mis años en ARTE? ¿Inclusive unas películas de Nicolas Philibert, que vino también desde París, rumbo a México? Juntos hicimos proyecciones, discusiones memorables y encuentros magníficos con documentalistas jóvenes, que nos hicieron amigos verdaderos.  

Nicolas Philibert, Thierry Garrel y equipo MID (2008) – Foto Diego García Moreno

Quince años después, el mismo Nicolas ganó con su documental el Oso de Oro en la Berlinale, el segundo festival más importante de cine del mundo con una selección de las mejores películas de ficción. En Cannes, en mayo, el premio del Mejor Director de la sección Un Certain Regard se concedió a un documental de la jóven marroquí Asmae El Moudir!

“¿Qué pasó?, me habrías preguntado.

Durante décadas, el documental fue considerado como una pequeña península del cine, pero se convirtió en un continente entero, hoy ocupando una posición cada vez más central y un papel social inconfundible.

Con el documental el cine está en efecto redescubriendo su magia primitiva y su perspectiva inicial: no distraer sino intercambiar y compartir experiencias entre seres humanos a través de imágenes; un lenguaje que trasciende las fronteras y las diferencias culturales. 

Thierry Garrel en la MID (2008) – Foto Diego García Moreno

Al superar años de reproducción mimética de lo real con el cinéma vérité y de observación, el documental ha desarrollado sus formas y la autonomía estética de sus escrituras polifónicas del tiempo -¡muchas veces copiadas por la ficción!-. Con la construcción de cuentos y relatos con dispositivos narrativos originales, mezclando elementos grabados, archivos y recreaciones, el documental ha aumentado su poder de metáfora, más acá y más allá de las palabras, para celebrar la presencia del otro, lejos pero próximo, y la emoción única de sentirla.

El otro de la imágen y el otro justo atrás, quien a través de su película entra en contacto con nuestra mente y, quizás, con nuestra alma. De hecho, el «real» está más y más incluyendo al cineasta mismo, su experiencia de confrontación con lo real y la aventura de una búsqueda vital para él, que de vez en cuando está llevándolo a preguntas más íntimas y, tal vez, a nuestras inquietudes. El cine documental es así la distancia más corta entre dos cerebros.

Sin el desvío por el entretenimiento, es un cine del sentimiento, de la sorpresa y del pensamiento, que nos ofrece un encuentro con nuestra humanidad. Una experiencia fuerte que genera un deseo de comprometerse en la vida real y nos enseña a ser más humanos. Una cura de la amnesia, del miedo o de la indiferencia cínica de nuestra sociedad. 

Su acceso en la pantalla grande y la creación de obras maestras han permitido brindar al documental su carta de nobleza y construir un público. Festivales documentales han nacido en todo el mundo, acelerando la circulación internacional de las películas. Plataformas dedicadas se multiplican mientras que cadenas de televisión públicas, fondos y fundaciones culturales diversos participan en su financiación. 

Es cierto, los tiempos son todavía difíciles para los documentalistas y sus productores en cuanto a la financiación de sus películas, para tener una distribución decente y sobrevivir. Pero parece cada vez más importante y relevante esta forma de compartir, en la lengua de las imágenes, reflexiones, emociones, imaginarios, rabias y felicidades sobre este mundo, su pasado, su presente y su porvenir.

Hola, Ricardo, tú sembraste semillas que no dejan de producir frutos culturales ricos y cosechas renovadas. Ya se habla de una «escuela colombiana» del documental cuyas obras se exhiben en muchos países en el exterior. ¡Mañana ganarán premios en Venecia, en Berlín, en Locarno en Nueva York!

Thierry Garrel con documentalistas colombianos (MID 2008)  –  Foto Diego García Moreno

*Fundador y Director de 1987 al 2008 de la Unité de Programmes Documentaires de ARTE, cadena cultural europea.