Una carta del realizador colombiano Juan de la Mar al director brasilero Daniel Gonçalves sobre los dilemas del cuerpo, sus enfermedades y su libertad.

            Estimado Dani: 

            Quiero compartirte un pensamiento que tengo anclado en el corazón y en la mirada desde hace algunos años, espero que logre hilarlo con tus reflexiones y hacer eco en ti. 

            Conocí, gracias a mi amiga Kathe Mbegu, la existencia del afrofuturismo; lo lúcido y genial de este movimiento estético y político ha resonado en mí desde entonces.

            Me he preguntado a partir de ello cómo podría soñarse o cómo sería un futurismo realizado desde las personas VIH positivas, una experiencia cercana que vivo desde hace ocho años. Porque nuestra existencia está supeditada a la disponibilidad y adherencia a un tratamiento médico, que depende de la voluntad política para adquirir y poner a nuestra disposición este tratamiento. Y al estar sujetxs a estas condiciones, en tiempos de amenaza a los derechos que hemos adquirido, no nos queda tiempo de imaginarnos un futuro, algo que tenemos en común con las personas que viven con discapacidad. (1) 

            Hace un par de meses, en una masterclass que hice sobre Artivismo (2) en la Escuela Nacional de Cine (ENACC), mencionaba que tu trabajo, en particular tu primer documental Meu nome é Daniel (3), que vi en el FICCI del año 2019  -cuando te conocí-, había generado en mí un efecto de ampliar la mirada hacia otras experiencias, vivencias y corporalidades que antes no consideraba. En tu documental desafías el destino que tiene planteado para ti el sistema médico, el audiovisual y todas las implicaciones políticas y vitales que tienen. 

            Recuerdo que en Cartagena vimos una película juntxs y un funcionario de la sala te sugirió que te sentaras en las primeras filas, porque suponía que no podías subir escaleras. Le dijiste que no era necesario y te fuiste a sentar conmigo en la parte de atrás. También recuerdo con mucha intensidad cuando me contaste que en la post producción de Meu nome é Daniel te sugirieron conseguir un narrador para que sustituyera tu voz y tu magistral respuesta: “Yo nunca pensé hacer esta película con una voz que no fuese la mía”. (4)

Fotofija De gris a POSITHIVO (Juan de la Mar, 2019)

Fotofija Meu nome é Daniel (Daniel Gonçalves, 2018)

A partir de ese momento, en el que yo estaba finalizando mi primer cortometraje De gris a POSITHIVO (5), encuentro más puntos en común entre tu experiencia y la mía de las que aparentemente son visibles: habitamos corporalidades fuera de la norma, tenemos que mediar con el sistema clínico, percibimos invisibilidad en la representación audiovisual y ausencia de referentes que nos representen dignamente y vivimos situaciones de discriminación sin tener el rostro de un opresor específico (como dice Amanda Soares en Assexybilidade (6): “Porque los opresores para mí son todas las personas sin discapacidad”).

            Ambos trabajos, Meu nome é Daniel y De gris a POSITHIVO, los planteamos desde lo autobiográfico, respondiendo a una necesidad común de cuestionar esa invisibilidad en la representación con nuestras experiencias y también interpelar la forma como nos ha mostrado el cine: enfermxs, sin capacidad de nombrarnos, sin agencia, sin futuro. 

            ¿Cuánto tiempo han tenido las personas con discapacidad que ser investigadas, grabadas, fotografiadas, narradas por la voz de otras personas? ¿Cuántos relatos de personas que viven con discapacidad conocemos en primera persona? (lo mismo aplica para las personas que vivimos con VIH).

Fotofija De gris a POSITHIVO (Juan de la Mar, 2019)

Fotofija Meu nome é Daniel (Daniel Gonçalves, 2018)

Pienso en la forma como nuestros documentales nos llevaron a otros tiempos: los conversatorios y charlas que has realizado en tantos escenarios para hablar de los derechos humanos de las personas viviendo con discapacidad, las alianzas con otras y otros activistas, las TEDx Talks, campañas de impacto, un camino por el activismo que trasciende las pantallas y en el que nos construimos también a partir de nuestros documentales.

            Siguiendo muy de cerca tu trabajo, con la profunda admiración y cariño que te tengo, encuentro que tu segundo largometraje recopila la experiencia de personas que viven con discapacidad en torno a su sexualidad. Al mismo tiempo en el que empiezo a plantearme con Mariana Iacono la posibilidad de hacer un cortometraje documental sobre el placer de las mujeres VIH positivas. 

            ¿Por qué después de hablar de nosotrxs decidimos hablar de la sexualidad y el placer? Un tema tan censurado y polémico para quienes viven con discapacidad y quienes vivimos con VIH; la sexualidad con todo su potencial de crear vida y también de movilizar revoluciones íntimas, profundas y de trascendencia global. El placer como un derecho que nos arrebatan, que nos suspenden, que pasa a un cuarto plano porque primero debemos ser pacientes, consultantes, usuarios del sistema médico, antes que corporalidades que merecen desear y ser deseadxs

            Contrasto estos dos fragmentos a propósito:

            “Lo que en algún momento me daba placer, ahora me daba miedo… Sentí dolores en lo más profundo del cuerpo. Y digo cuerpo pero pienso en algo más profundo… No lo veo pero lo siento, afecta todo mi universo”. (7)

            “Y yo fui descubriendo que todo cuerpo es deseado. Todo cuerpo es deseante y deseado.. El fetiche nunca es hegemónico, tú no tienes fetiche por algo que es normativo o normalizado. Tú deseas aquello que es raro. ¿Será que tú me estás deseando con miedo de desear?”. (8) 

            Tuve la fortuna de ver Assexybilidade hace poco. Tras esos relatos inéditos de seres resilientes y sensibles, las performances eróticas y el manifiesto tan provocador que realiza Estela Lapponni, sentí cómo nuestros caminos se conectan a partir de las pulsiones y las búsquedas de sentido de mundo en el audiovisual. Hay una sensación que encuentro común sobre el miedo ante la reacción de otras personas, ante la lectura de quienes no viven nuestras experiencias y un estigma arraigado en la sociedad que dice que no merecemos o no debemos tener una vida sexual placentera. 

Fotfija El VIH se enamoró de mí (Juan de la Mar y Mariana Iacono, 2024)

Assexibilidade (Daniel Gonçalves, 2023)

Me pregunté: ¿existen documentales futuristas? 

            Mi respuesta inicial fue: “Obviamente no”. Los documentales de forma tradicional han recapitulado o contado historias del pasado, acontecimientos, personajes, sucesos que ya ocurrieron en una línea cronológica de tiempo. Otros tantos más contemporáneos se han dedicado a contar cosas que están pasando, a capturar un presente del que se tiene la intuición que va a trascender en la historia. 

            ¿Pero un futuro? ¿Cómo podría un documental narrar el futuro? 

            Me encuentro nuevamente con nuestras obras: 

            ¿Cómo podrían llamarse sino futuristas los documentales en los que personas invisibilizadas están desafiando su destino para crear nuevas posibilidades de vida? Son obras en la que encontramos nuestra voz, renacemos y cuestionamos lo que nos dijeron históricamente que tendríamos que ser: deshumanizadxs, pacientes, enfermos, moribundxs, infantilizadxs, esterilizadas, condenadas a la soledad, pecadoras, intocables, indeseables, exotizadxs, fetichizadxs. Para convertirnos en narradorxs de nuestra propia versión de la historia, para subvertir esa posición de poder frente al sistema médico y audiovisual, para decidir sobre nuestro placer de una forma digna y a plena luz del día, para generar redes afectivas y políticas de contactos vitales que trascienden las fronteras de lo posible. 

            Una persona viviendo con discapacidad, contando su historia con su voz, abriendo debates en universidades, festivales de cine y redes sociales, calificando a los premios Óscar. 

            Una mujer VIH positiva que dice frente a la cámara, desnuda, que desea liberarse del estigma de vivir con su diagnóstico y poder habitar libremente su cuerpo-territorio “cada día soñando con la cura”. (9) 

            En palabras de mi amiga y maestra del artivismo, Ana Lucía Ramírez “ampliamos el margen de lo visible para ampliar el margen de lo vivible”. (10) 

Fotfija El VIH se enamoró de mí (Juan de la Mar y Mariana Iacono, 2024)

Quizás el futuro ha sido pensado en el cine con nuevas casas en Marte y conflictos amorosos con robots. Y quizás nuestro lugar en la historia sea crear otro futuro desde nuestro presente, convertirnos en los antepasados de las generaciones que están por venir. Torcer unas partes muy puntuales de ese destino al que nos predeterminan, transformando pequeñas líneas discursivas del pasado, para planteando de forma contundente: EXISTIMOS en la medida en que DESEAMOS; MERECEMOS CONTAR NUESTRA HISTORIA en la medida en que MERECEMOS SER DESEADXS

            Y quizás el documental sea la forma en la que podemos sentarnos a soñar y crear entre nosotrxs esas formas en las que queremos vivir dignamente. 

            Para incitar la reflexión y la conversación me uno y me tomo el atrevimiento de ampliar las palabras de Estela Lapponni con las que concluye Assexybilidade

“Nos reafirmamos posibles, 
Nos reafirmamos existentes, 
Nos reafirmamos vivos, 
Nos reafirmamos activos, 
Nos reafirmamos aquí y ahora, 
Nos reafirmamos mañana. 
Porque definitivamente el futuro es defi (disca, crip)”. (11) 

            El futuro es positivo. 

            Somos el futuro. 

Fotofija Assexibilidade (Daniel Gonçalves, 2023)

Referencias y notas aclaratorias. 

    1. Traducido de Pessoas com deficiência. Uso la expresión personas que viven con discapacidad en los términos con los que se nombran Daniel y las personas con las que trabaja en sus documentales.
    2. “Es experimentar la potencia de la creación, la imaginación y la acción artística en comunidad. Cruzar el arte y el activismo es cruzar los afectos, la imaginación y el deseo con nuestra capacidad de crear el mundo justo y libre que soñamos y merecemos”. Tomado de Glosario AL BORDE @alborde_transfeministas 10 de enero del 2024.

https://www.instagram.com/p/C17nXSrOC95/?img_index=2&igsh=dWM5dXJhODUya3o1

    1. Meu nome é Daniel (Daniel Gonçalves, 2018).
    2. Ibidem
    3. De gris a POSITHIVO (Juan de la Mar, 2019).
    4. Assexibilidade (Daniel Gonçalves, 2023).
    5. Mariana Iacono en El VIH se enamoró de mí (Juan de la Mar y Mariana Iacono, 2024).
    6. João Paulo Lima en Assexybilidade (Daniel Gonçalves, 2023).
    7. Mariana Iacono en El VIH se enamoró de mí (Juan de la Mar y Mariana Iacono, 2024).
    8. Lo que estos cuerpos tienen que decir: cine comunitario desde los bordes del género y la sexualidad en América del Sur, Ana Lucía Ramírez Mateus citando a Tatiana Sentamans, 2018. Disponible en: https://maizalaudiovisual.wordpress.com/wp-content/uploads/2018/09/loc_analucia2018.pdf
    9. Los términos defi en portugues, disca en español y crip en inglés han sido usados por activistas que viven con discapacidad para darle otro significado al lenguaje ofensivo con el que han sido llamadas. “Saudação aos antepassados defis”, Estela Lapponi en Assexybilidade.

Cine *

Véanlo, de día, por atrás,
desde el parqueadero que hay tras él,
pues sólo desde ese ángulo
se nota la belleza del espacio que hay entre los ladrillos. Monumental
en todas las edades tiene el mismo rostro.

Sin ventanas que permitan filtrar la luz verdadera en este templo de sombras
y su tamaño,
el tamaño de su enorme muro trasero mide

la amplitud de los sueños que tuvimos aquí. Reduce al banco del pueblo,
se impone sobre el ayuntamiento,
e incluso en su declive

hace del supermercado de techos brillantes algo insignificante.

Sobrio armario de secretos éxtasis
vasta cámara introspectiva
donde nuestras más queridas proyecciones íntimas tuvieron nombres familiares:
persevera, persevera junto a tu lago de asfalto
y dile a los eones de nuestra extinción
que nosotros, también, acogimos a nuestros dioses, pudimos construir una pirámide
para contemplar las estrellas.

*Escrito con el Strand Movie Theater de Ipswich en mente y sin imaginar que, a diferencia de las pirámides, sería derribado, en 1985, para construir un banco.

John Updike, tomado de su libro Collected Poems 1953-1993.