Pilar Perdomo
Veo en las creaciones de varias de las directoras colombianas de documental en estos últimos 25 años cómo se materializa la crítica que Ursula K Le Guin hace a la narrativa del viaje del héroe. Ella propone un relato que no es la aventura del cazador que lucha y mata por el bien de la tribu, sino de quienes siembran, recogen y preparan la avena, construyen la casa, crían a los miembros de la tribu y también cazan, tal vez con menos espectacularidad que en las historias homéricas.
En muchas obras de las documentalistas de estas dos décadas apuntaron su mirada no solo a donde otros documentalistas lo hacen en cuanto a realidades sociales y étnicas sino también a la experiencia de ser mujer o disidente de cualquier estereotipo. Es ahí donde avanzan las sutiles transformaciones tan necesarias siempre.
Gerylee Polanco
Marta no está sola fue la idea que se me vino a la mente cuando me invitaron a escribir a propósito de los 25 años de Alados. Pienso en ella con mucho afecto y admiración porque fue pionera y la sigue dando toda a sus ochenta años. Sin mujeres como ella no hubiéramos tenido un referente tan potente, amoroso, valioso, que nos inspirara y nos hiciera creer que sí teníamos un lugar en el cine.
Hoy es tiempo de cosecha; hoy es tiempo de celebrarnos porque el documental ha sido generoso con las mujeres en el cine. En el primer semestre de 2023 se estrenaron 8 largometrajes documentales dirigidos por mujeres como Marta Rodríguez (Camilo Torres, el amor eficaz), Adriana Bernal-Mor y Ginna Ortega (Toro), Laura Gómez (Utopía), Lina Rodríguez (Mis dos voces), Diana Bustamante (Nuestra película), Josephine Landertinger (Yo soy Cris), Claudia Fisher (Werapara) y Yira Plaza (El rojo más puro). Ocho películas documentales habitando salas de cine, algo impensable hace 25 años. Es posible augurar el futuro con más mujeres contando historias porque ahora hay más y nunca más estaremos solas.
FICFUSA (2021)
Margarita Herrera
La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, en su charla Todas deberíamos ser feministas, acerca de cómo pensarnos de forma activa en términos de género, afirma: “Por supuesto que soy un ser humano, pero hay cosas concretas que me pasan a mí por el hecho de ser mujer”. Esta frase tan sencilla me parece una declaración de principios que define mi ser y las complejidades que asumo al ser directora y productora.
En mi juventud nunca me importó ser mujer, nunca tuve clara mi condición de género y nunca lo vi como algo importante, tampoco se hablaba de manera insistente de esto. Mi encuentro con el feminismo se dió en el año 2008. En ese entonces conocí por primera vez el trabajo de directoras colombianas que participaban en la muestra de cortometrajes Luces, cámara, mujeres en acción, que se realizó en el mismo año. Allí empecé a encontrar imágenes que no había visto en otros festivales, visiones de país, de conflicto, de amor, de violencia, de poder, pero sobre todo reconociendo las existencia de mujeres directoras. Nos encontrábamos por primera vez en la Cinemateca de Bogotá revisando nuestro propio trabajo, acompañadas también de grandes maestras como Marta Rodriguez, a quien se le rindió un bello homenaje, además de una muestra especial del colectivo Cine Mujer y de Chila Pineda, feminista incansable que ha trabajado toda su vida desde el feminismo y la cultura.
Esos años cambiaron mi vida. A partir de allí, de la mano de las directoras Jimena Prieto, Natalia Alvarado, Claudia Fonseca, entre otras mujeres, creamos Mujer es Audiovisual y la muestra Cine en Femenimo, un proyecto con el que recorrimos el país exhibiendo las películas de la muestra en la que nos habíamos conocido. En este encuentro encontré en el poder feminista la oportunidad de dar continuidad al legado de mis abuelas, de mi madre, de mis tías; asumir el reto de agruparnos y dar continuidad a la lucha por nuestros derechos; fortalecer nuestros proyectos en cada escenario de país y vivir cada contradicción que se nos presentaba al entender que entre más nos mirábamos era muy difícil reconocernos desde la vulnerabilidad, desde la violencia, desde el feminicidio, desde el acoso, desde las desventajas de no tener condiciones de paridad.
Hoy somos y seguimos construyendo esas cosas concretas que nos pasan por el hecho de ser mujeres y que nos unen desde el cine. Somos y seguimos en esta búsqueda colectiva que dialoga entre el quehacer cinematográfico y las experiencia de cada mujer que hace parte de esta conversación constante.
Lanzamiento MUSA trasmisión Facebook (2020)