Niña jugando al reflejo infinito. Vereda La Paz (Florencia, Caquetá) – Foto: Alirio González.

Cine comunitario: Marta Rodríguez con sus documentales de los trabajadores en Colombia; Diego García en su ideal de mantener este cuento alado; Diana Diaz Soto, que se mueve y escarba en defensa de lo público. Documentar para defender la idea de sociedad; cuidamos uno del otro para que todo sea mejor.

Cine comunitario: Soraya Bayuelo, que tiene la fuerza para traer relatos de los Montes de María al Museo Nacional; Daniel Bejarano en Berlín cargando su Ojo al sancocho, un festival que se cocina desde hace 17 años en Potosí (Ciudad Bolivar, Bogotá), y que se empezó a cocinar cuando en la Cinemateca de Bogotá le dijeron que eso de la producción comunitaria era feo. Hoy le pregunto a Daniel por qué el cine comunitario se está mostrando en Berlín y no en Potosí, a lo que me responde:

Porque es necesario  visibilizar y reconocer las luchas que presenta el cine comunitario, tener en cuenta que muchas de las luchas sociales del cine comunitario son en contra de la explotación de las multinacionales en los territorios, lo que genera diferentes tipos de violencia. En Europa están las sedes de todas las multinacionales que explotan los territorios en América Latina y África, hay que generar un diálogo de igual a igual, un diálogo consciente y con justicia climática y social” 

Lo que no dice Daniel es que hacer cine comunitario en Colombia no es fácil. “O te callas o te mato”, dice el cineasta colombiano Felipe Aljure al describir la situación en la que se encontró Mauricio Lezama en mayo de 2019, cuando fue asesinado en Arauca (1) -o la historia de Rafael Moreno, periodista cordobés asesinado por denunciar la corrupción en su departamento: “Las autoridades han guardado silencio sobre las investigaciones del caso (2)”-. Cuando un realizador es asesinado y lo martirizan en los medios, el documental comunitario se vuelve interesante para la sociedad. El otro camino para que el cine comunitario sea reconocido es ganarse una India Catalina, el prestigioso premio de la industria audiovisual colombiana. El caso de la escuela audiovisual en Belén de los Andaquíes, de la cual hago parte, es el ejemplo perfecto. Este premio también lo han ganado Ojo al sancocho, En mejoda, de Cali, y Línea 21 de Montes de María, entre otros.

Entonces, ¿qué es cine comunitario fuera de estos dos caminos?. Desde mi experiencia, lo que las comunidades buscan es narrar desde su punto de vista, su cotidianidad, su cultura. Es decir, no ser estigmatizadas y/o folclorizadas. Lo complejo es cómo hacerlo: sin recursos financieros, sin recursos técnicos, con hambre, sin prestaciones sociales y con muchos conflictos internos con las personas que piden ser narradas. 

Ficción o documental.

En un festival de cine afro en San Basilio de Palenque, Omar Rincón dijo: “Los comunitarios deberían hacer más ficción y menos documental”. El documental exige: historia, paso del tiempo, personajes que evolucionan, testimonios, fotografías de archivo, dinero. Seamos honestos, las convocatorias no nos dan  suficiente tiempo ni dinero para hacerlo. En nuestras comunidades estamos llenos de testimonios, historias y opiniones, y en la región nos toca ser toderos: celadores, camarógrafos, sonidistas, narradores, guionistas, aparte de trapear la casa. ¿A qué hora hacemos documentales?. Aún así, en la Comuna Trece de Medellín, Fernando Avendaño hace escuela y hace documentales, y el tiempo le alcanza para organizar un festival de cine comunitario (3). En Barichara, Emilse González y su grupo de profesores hacen ejercicios de cine en escuelas rurales de Barichara y Villa de Leyva, organizan conciertos, escriben sobre pedagogía y cine comunitario, convocan a encuentros de escuelas (4). Víctor Palacios hace documental en el Pacífico, crea una distribuidora de cine (5)  y apoya el cine comunitario desde el Ministerio de Cultura. También es importante señalar el tejido de comunicación del pueblo Nasa, en el Cauca, la red de comunicaciones Wayúu (6) y el cine que se hace en los pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta. 

Estamos llenos de buenas iniciativas, tenemos escuelas según nuestras formas de hacer y entender el documental pero quizás lo más importante sea que desde esa diversidad de estéticas colombianas, en las que no todo es lindo ni dramático, nos hace falta documentar mejor nuestras historias: cuando colocamos la cámara frente a una persona de nuestras comunidades tenemos que salir a buscar los archivos, el relato que nos han entregado, buscar más personas que alimenten una historia, convertirnos en una red local de narradores en nuestros territorios. Le pregunto al respecto a una joven de Belén de los  Andaquíes, que pide no ser mencionada, y me dice: “El documental comunitario es una  herramienta y unas habilidades para que una comunidad se haga visible y cuenta con narradores en los que confía porque hacen parte de su cotidianidad”. 

El universo de  los festivales de cine comunitario.

En la actualidad, la Asociación Nacional de Festivales, Muestras y Eventos Cinematográficos y Audiovisuales de Colombia (ANAFE) cuenta con “65 festivales, muestras y eventos audiovisuales y cinematográficos afiliados. Cada uno se caracteriza por visibilizar el cine desde las diversas regiones del país” (7). Tenemos, parece, dónde mostrarnos. Fabio Valderrama, director del festival Mambe (8) me cuenta que son 122 festivales. Valderrama me confirma así la necesidad que tenemos de contar nuestras historias y de vernos desde las regiones, lo que ha hecho que Colombia se haya convertido en un país donde todo el año tenemos pantalla comunitaria. A eso se le suma la accesibilidad que significa para el documental el universo digital. Todos tenemos una cámara y todos somos editores. Además, de ser escenario del documental y/o de los cine comunitarios, los festivales buscan aportar a la formación de públicos más críticos, más informados, más cercanos a la producción documental colombiana, tarea que sigue, como dice el lema periodístico, siendo una “noticia en desarrollo”.

Gamaliel Sarmiento en el estreno de Relatos de adultos contados por niños – Foto: Juan Estevan Cuellar Facundo

1. https://www.senalcolombia.tv/documental/mauricio-lezama-vivir-filmando (volver)

2. https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/crimen-del-periodista-rafael-moreno-en-cordoba-sigue-en-la-impunidad-718339 (volver)

3. https://hacemosmemoria.org/2018/09/07/festival-cine-comuna-13/ (volver)

4. https://fundacionojodegua.org/ (volver)

5. https://distritopacificocine.co/ (volver)

6. https://www.youtube.com/@redcomunicacioneswayuu (volver)

7. https://anafe.co/asociados/ (volver)

8. https://www.festivalmambe.org/ (volver)