Poncho adorado,
Tantas cartas, postales, Entrega Inmediata, Par Avion, recibidas y mandadas a 25 rue des Vinaigriers, a la Calle 66 #3-39, al Apartado Aéreo 2752; a New York, San Francisco, Roma, Hamburgo, hasta a Acandí, con fotos y lágrimas, besos pintados y películas nombradas, siempre con pista de sonido incluida… ¡Ese maletín de ejecutivo con casetera adentro para amenizar La Giralda fue el flechazo total! Todo recreado para poder vivir en Cinemascope y no a palo seco, como hubiera sido vivir sin ti, querido.
Tantas comidas preparadas, compartidas, sabores y comederos explorados y visitados innumerables veces; Sushi en New York, los Turcos, el Miyako o Yacomí, en Serifos juntos con hambre el uno por el otro y con el estómago vacío, con guayabo o con sueño y afán por llegar a tiempo a la película que tocó coger varios metros para dar con el teatro, guiados por el librito rojo de París. Sin fin de festivales con sobredosis de imágenes, sobreexpuesto el rollo del coco, pero bien preparado, para el examen de lo visto, por directores, estilos, actores y temas… Exquisiteces eternas en Panavision.
Tu sonrisa al soplarnos suavemente para refrescarnos después de compartir pieles y sudores solo nuestros en el storyboard de nuestra película ya rayada en 35mm, pero ampliada a los videos de los secretos dedicados a tu ausencia solo recordada por la mía. Risas de chistes que solo nosotros podemos olvidar, pero mejor recordar, al sentir tu presencia caminando por esos recorridos nuestros con olor a camia en Cali o el amarillo de otoño del gingko, melodía de Johnny Guitar.
Infinitos los deseos y recuerdos y andares en mi cabeza al pensar que estás ahora en la dimensión desconocida… Todo lo compartido, consultado e inspirado no se me escapa nunca. Qué fortuna habernos encontrado en este mundo. Una vida de encanto nos tocó. En los olivares de San Gimignano dejamos huellas digitales, cibernéticas y en Technicolor.
No tengo que poner ésta en un sobre para mandártela. Sé que ya la leíste.
De tu para from,
Karen