Sobre el contenido transmedia

A finales de marzo de 2020 me asomé al balcón con un café en la mano. Observaba el ritmo de la soledad. Pensaba en los animales salvajes que durante la pandemia intentaron recuperar su territorio invadido por la ciudad. Esa sensación, esa reflexión inédita, me llenó de pánico. Era tanta la angustia que me consolé pensando: “Faltan solo siete días”. Ese era el anuncio de las autoridades: catorce días de cuarentena para controlar una pandemia. Ilusas ellas, ilusos todos. El gusano del tiempo se ha prolongado en nuestra realidad de tal forma que ya parece instalarse otro modo de vivir, que nos sigue desacomodando. 

La pandemia en 2020 fue una novedad que nos hizo abrir los ojos de asombro por cada medida, por cada guarismo, por cada exabrupto que salía a flote. En 2021 fue rutinaria, desprovista del ritual que permite la ilusión de una supuesta libertad; de sedentarismos físicos y mentales que nos toca combatir con absoluta convicción. 

¿Cómo crear en tiempos de pandemia? ¿Cómo NO crear en tiempos de pandemia? ¿Cómo superar el pánico a enfermarse, a morir o, peor aún, a seguir viviendo y enfrentarse a otras incertidumbres, sin haber resuelto estas preguntas?

Esas inquietudes son las que inspiran el segundo número de La Pesadilla de Nanook, para el cual le seguimos su ritmo imprevisible al Covid-19: hemos tenido desgano, nos sometimos a cuarentenas creativas, hemos medido la saturación a la participación de la comunidad de lo real. 

Y aquí estamos, sumándonos a las estadísticas de los recuperados y compartiendo las historias de quienes, con extrema amabilidad, nos abrieron las pantallas de sus Zoom, Meet, programas de edición, procesadores de texto: un viaje por el mundo, un encuentro familiar, una abundancia insólita de proliferaciones creativas, una narrativa genealógica, una oportunidad para la utopía, una mirada a la intimidad de la academia son los contenidos convergentes que hablan, a su manera, del pánico de lo real.

Diana Díaz Soto
Agosto de 2021

Nota al margen: A partir de esta entrega el consejo editorial de La pesadilla de Nanook decidió estructurar los artículos en línea, por lo que los contenidos convergentes y las entregas clásicas se integran en un mismo entorno para facilitar la experiencia del ciberlector. ¡Enhorabuena!